Memoria
La imagen del edificio se confía a la forma que surge de la geometría del solar y al vidrio curvo que la envuelve. Las modernas oficinas de hoy en día se asocian a la transparencia del vidrio. El vidrio y su precisión industrial es la mejor metáfora de una sociedad democrática y abierta que nada tiene que ocultar. La forma y la fachada son las que generan la imagen del edificio. Por tratarse de una pieza casi exenta, en la principal avenida de la ciudad y conscientes de su reducido tamaño se ha optado por la discreción, la elegancia, la transparencia y la efectividad. Se ha optado por el vidrio como principal elemento compositivo. Un edificio de vidrio casi en su totalidad donde las piezas curvas toman un protagonismo muy importante hasta convertir el edificio en un estuche cristalino o un cuidado frasco de las esencias.
La propuesta quiere compatibilizar la transparencia y luminosidad del vidrio con la protección, cobijo y privacidad que todo edificio demanda. Dado que la fachada a Castellana es orientación poniente y no tiene delante ningún edificio que lo proteja, se propone para esta orientación una doble fachada o piel de vidrio. Dos capas de cerramiento de vidrio, una delante de otra, separadas 70 centímetros entre sí y de distintas características cada una de ellas. La exterior es transparente con un dibujo serigrafiado de bandas rayadas de distinto ancho que opacitan el 50% de la visión y la interior que es la que cierra y sella el edificio, ligeramente espejada con corrección solar. Este espacio exterior ventilado proporciona un colchón térmico al edificio, muy eficaz para reducir el consumo energético del edificio. Cuando la esquina curva entra en la calle Jorge Manrique y se ha superado la orientación oeste para pasar a ser norte, no es necesaria la doble piel y es cuando la interior de Castellana pasa a primer plano mediante un vidrio especial de doble curvatura.
Esta superposición de vidrios, hacia la Castellana, creará un interesante mundo de brillos, reflejos, sombras y sombras reflejadas en el que lo transparente, lo semitransparente y lo translúcido dotarán de vida y personalidad al edificio. Al desaparecer el voladizo en las dos primeras plantas también desaparece la segunda piel en la parte inferior del edificio. La fachada de estas plantas se resuelve igualmente con vidrio pero sin carpintería como si se tratase de un escaparate. En los tramos de fachada en voladizo sin visera los vidrios con corrección solar mantendrán en el butiral o serigrafiado en su trasdós el patrón de rayado con bandas más estrechas, bandas que volverán a aumentar en la fachada de naciente.