· PRIMER PREMIO EN CONCURSO RESTRINGIDO
· PRIMER PREMIO EN CONCURSO RESTRINGIDO
La Cancillería de la Embajada de España en Rabat, capital de Marruecos, adopta conceptos arquitectónicos enraizados en la tradición y en la historia, tanto del país en el que se sitúa, como la del que representa, tal como corresponde a culturas con una larga y rica trayectoria común. El edificio trata de aunar el carácter emblemático y de representación que toda embajada requiere, con la funcionalidad del programa de necesidades solicitado.
Adopta un lenguaje arquitectónico contemporáneo y abstracto que no renuncia a la tradición, para proponer un edificio que sea expresión inequívoca de nuestro tiempo y nuestra cultura.
El edificio se compone como un sólido compacto, de rigurosa geometría, vacío en su interior y atravesado por una doble fila de palmeras. La posición del edificio produce espacios exteriores, anterior y posterior, ajardinados y flanqueando su eje con dos estanques de poca profundidad. En estos jardines, se da continuidad a la doble fila de palmeras que atraviesa el edificio.
Las fachadas se protegen con una doble piel que impide el soleamiento directo sobre sus paramentos, al tiempo que oculta al exterior la actividad interna. Esta segunda piel está constituida por un lienzo ligero, volado y colgado de la estructura principal. En los laterales se muestra como una celosía blanca, mientras que en los frentes lo hace con paños ciegos e incompletos que dejan al descubierto el cuerpo interior, y marca en su interrupción los accesos. Así se confiere a la Embajada un aspecto unitario y contundente, propio de un edificio singular y representativo.